ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

martes, 26 de octubre de 2010

DOLO

No tiene porque haber un nombre, tampoco siento la necesidad de mostrar mi rostro. No existe la intención de demarcar, acotar, limitar en definitiva, esta cierta inventiva en torno a una persona. Cierta, porque en el fondo todo no es más que un robo, otro crimen perfecto donde hago mío lo que no es mío, lo que pertenece a otros que, a su vez, tomaron lo que no era suyo haciéndolo suyo de cara al escaparate. Y es que la creación no es más que la eterna modificación del primer ladrido. Vuelvo la vista atrás, me alejo de la pantalla mientras me pregunto que fue de aquellos cuadernos viejos manchados con tinta a la luz de las velas y, como me sugirieron, le pregunto al Gordo de que coño va todo esto. No dice nada, me mira de reojo mientras bosteza y se estira como en aquel poema. Quizá todo no se más que eso: bostezar entre sueño y sueño.

1 comentario:

  1. Me gusta cómo modificas cada vez el primer ladrido. Dice Freud que la vida es un pulso entre Eros y Thanatos. La circularidad de los planteamientos tautológicos siempre me marea, porque me deja la impresión de que hay millones de espirales que sólo percibo por el rabillo del ojo. Porque si sólo somos una persona cada vez, sólo tenemos una vida... y las mismas cuerdas vocales y la misma mano. Pero no todos los besos son iguales; cada caricia es diferente y cada grito suena distinto.
    Espero tu próximo post con ganas; sea escrito a la luz de las velas o en el portátil.

    Recuerdos al Gordo...

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