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jueves, 25 de noviembre de 2010

PUSKAR: El lago sagrado en el arido Rajastan.

Formaban un tumulto, el cual gira,
siempre en aquel aire sin tiempo, oscuro,
como la arena cuando se arremolina

(Dante)


OTRO HERMOSO ATARDECER, ESTA VEZ SOBRE PUSKAR.


LA LUNA LLENA SOBRE PUSKAR.


UNO DE LOS POCOS AUTENTICOS SADHUS QUE HE ENCONTRADO HASTA EL MOMENTO.

Puskar, pequeña aldea a cinco horas en autobús desde Jaipur, tiene un lago sagrado que recibe el mismo nombre. Al ser otra ciudad sagrada, también están prohibidos el alcohol y la carne. En esta ciudad no hay claras divisiones. Ciudadanos, turistas, viajeros y peregrinos se mezclan alrededor de sus calles. La pobreza en esta ciudad es mas visible, además es una pobreza "inteligente", ya que sabe idiomas y como relacionarse con los extranjeros. Tanto ellos como los comerciantes, reconocen en seguida de que país somos y nos hablan unas pocas palabras en nuestro idioma. Algunas personas con las que estoy compartiendo esta parte del viaje comentan la perdida de la autenticidad de la India. Algo que no comparto. Quizás sea cierto que la cultura tradicional se este perdiendo, pero eso no tiene que significar que lo que hay ahora sea menos autentico. En mi opinión, esto quizás sea mas autentico. Esta gente, miserable y pobre como las ratas, merece una oportunidad para prosperar y quizás sea esta la manera que han encontrado.

A Puskar llegue con una pareja que conocí en Jaipur formada por un holandés y una cubana que viven en Mallorca. Los dos primeros días los pasamos en el primer hostal que encontramos. Un lugar cutre y ruidoso que apenas nos costo poco mas de dos euros la noche. Al tercer día, nos cambiamos de hostal, otro un poco mas caro pero mucho mas agradable. Fuimos a otro que nos recomendó un tipo que conocí en el avión. El y su novia, ambos de Logroño, están ahora con nosotros y prácticamente hemos estado compartiendo estos días de Puskar todos juntos con otro chico de Barcelona y un rastafari de Mumbay.

El hostal este donde estamos hospedados es una pequeña casa familiar bastante cojonuda. Hasta ahora es el mejor hostal en el que sin duda hemos estado. En el hay un pequeño nene de cuatro primaveras que se pasa todo el tiempo que estamos en el patio con nosotros, al final he acabado cociéndole cariño.

Sobre Puskar poco que contar. Estos días no ha parado de llover en todo el tiempo que hemos estado y poco se ha podido hacer. Tomar chais, comer y pasear. El tipo de Mumbay trajo unos porros y hemos estado fumando por la noche una mierda de la mejor.

Sobre la lluvia si que hay una anécdota que merece ser contada. Ayer, creo que fue ayer, fui a comprar los billetes del tren con el tipo de Logroño para marcharnos juntos con su chica, como es lógico, y el tipo de Barcelona hacia el sur, a pueblo que se llama Gokarna. Pues se tiro lloviendo toda la noche sin parar. Nosotros salimos del hostal a las seis y media de la mañana para llegar a tiempo a la estación de Ajmer, una ciudad que esta a 15km, que es desde donde sale el tren. Como no había manera de conseguir un billete tuvimos que ir a un servicio especial que hay. Aquí suelen dejar billetes para las últimas 48 horas y queríamos estar antes de que abriesen para no perder los billetes, ya que si lo hubiésemos perdido, tendríamos que haber esperado una semana para ir al lugar que queríamos. Pues eso, de la adendota que quería contar, antes de irme por las ramas, fue que como no paro de llover en todo el día, al volver a Puskar las calles estaban inundadas y el agua nos llegaba en algunas partes por las rodillas. Tuvimos que ir descalzos y con los pantalones remangados, andando por el río que se había formando, pisando cosas que prefiero no pensar que eran. Lo malo que no pude hacer fotos. La cámara estaba en hostal y al conseguir llegar allí, entre la lluvia y el madrugón, solo pensaba en darme una ducha y comer algo.

Una cosa que no he comentado de los últimos lugares que he estado es como los animales callejeros, perros, vacas, monos, cerdos, algún caballo y algún gato, conviven con la gente como si nada. No lo he comentado porque uno se acostumbra en seguida a verlos en la calle porque son inofensivos.

Poco más que contar. Mañana marcho al sur, a Gokarna. Un viaje de 32 horas que será la siguiente entrada