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martes, 11 de enero de 2011

VARANASI #1: Misticismo y decadencia.


PANORáMICA DE VARANASI.


DURGA TEMPLE.


NENES SOBRE EL CICLO-RICKSHAW DE SU PADRE.


MúSICA CALLEJERA.

Varanasi, la ciudad más sorprendente de todas las que he estado hasta ahora en la India. En esta ciudad se mezcla todo lo que he vivido en la India. El turismo, los viajeros, el misticismo hindú, sahdus por las calles, muerte... todo mezclado girando entorno al Ganga, el río mas mágico y sagrado de todos cuanto puede haber en este país.

Esta ciudad se divide en dos. Por un lado esta la ciudad moderna, ciudad que no hemos (Hemos, por primera vez puedo decir hemos con un sentido mas pleno de la palabra. Aunque durante el viaje he conocido a un montón de gente a los que ya considero mis amigos, es ahora cuando estoy compartiendo el viaje con una amiga de antes) visitado, por no encontrar ningún atractivo de ningún tipo, más que el ruido del trafico, la suciedad en las calles y ese caos que caracteriza a este país. Y la ciudad vieja, un entramado laberíntico de calles estrechas carentes de todo orden en el que transcurre una vida más interesante.

Como he dicho, aquí la vida gira entorno al Ganga. Seis Km. de gaths donde la gente acude por las mañanas a darse sus rituales baños sagrados, a hacer la puja al río por las tardes y donde se va a quemar a los muertos en algunos de los gaths establecidos para ello. En las calles de la ciudad vieja conviven las vacas, sus mierdas, perros callejeros, monos locos y cabreados que se dedican a robar todo lo que pueden, gentes normales, ascetas, comerciantes, turistas y viajeros... toda una amalgama de color a la que hay que sumarle la sorprendente presencia de la muerte. Muerte a la que no hay que temer, puesto que aquí la muerte no lleva guadaña, lleva flores. A todas horas del día, por las calles de la ciudad vieja uno se puede cruzar con los cortejos fúnebres. Grupos de hombres que cargan con muertos para llevarlos al Burning gath donde al difunto le espera la cremación que le salvara de la rueda del destino. Porque morir en Varanasi, al ser una de las ciudades santas mas importantes, para los hindúes es algo positivo ya que les saca de la rueda del destino. Por este motivo aquí viene a morir la gente. Los ricos lo hacen en buenas condiciones, pero los pobres no tanto. Alguien me contó que los pobres simplemente vienen con un pedazo de sándalo en el bolsillo de la camisa para que se encienda el fuego con el que arderá y cinco rupias para la persona que le recoja de la calle una vez su cuerpo haya tomado el último aliento. Toda una pasada. Por las estrechas calles de la ciudad se ven viejos decrépitos que lo único que están haciendo en la ciudad es esperar a la muerte.

Por otro lado, más allá del misticismo de la muerte, a diferencia de Risikesh o Haridwar por donde también transcurre el Ganga, este tramo del río esta realmente sucio y contaminado. Aun así la gente acude con total devoción a darse los baños sagrados y a beber del río. Aquí es donde todo mi sentido místico de la vida desaparece. En mi opinión esta gente debería de saber los riesgos que corren y dejar sus superchería para otro lugar. Por muy sagrado que piense que es este río, nada bueno puede proporcionarles. Esta es una de las principales contradicciones de este país que mientras sigamos mirando con nuestra mirada occidental no iremos a ningún lado. Pero es una mirada muy difícil de desprender. Al mismo tiempo que en Risikesh no encontré ningún problema en meter los pies en el río, aquí eso es algo que no se me pasa por la cabeza. Pero lo único que podemos hacer es dejar la mirada en casa y tratar de seguir nuestro camino lo mejor posible...