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domingo, 9 de enero de 2011

VIAJAR EN TREN #3: Retrasos y dilaciones.

Pues nada, una vez llego la persona que esperaba, sin más dilación, nos fuimos para Vanarasi. Un viaje que se supone tenia que haber salido a las siete menos cuarto de la tarde y haber llegado poco mas de doce horas después. Pero estamos en la India y en la india a veces suceden cosas. Para empezar nuestro tren tenía que venir desde Vanarasi. Lo hizo con dos horas de retraso, y, al sumarle una hora y media mas que el tren estuvo parado en la estación dan tres horas y media de retraso para salir. Cuando se decidieron todo parecía marchar como tantas otras veces. Me metí en el saco y rápidamente me dormí. Acostumbrado a dormir bajo los efectos de las charas de la India, cuando no fumo, necesito menos horas para descansar. Así, sobre las tres de la mañana me desperté y al mirar el reloj me di cuenta la hora que era. Decidí, como es lógico, volver a dormirme, pero había un cerdo gordo que roncaba como si le estuviesen degollando, y me costo dormirme un montón. Sino hubieses sido por el mp3 que me manda mi hermana, no se si me hubiese podido dormir.

Sobre las nueve bien descansado me he despertado pensado alegremente en que tan solo quedaría una hora más para llegar. Pero no, no ha sido así. Hablando con la gente me enterado que había un retraso, y todavía nos quedaban diecisiete horas en el tren.

Si uno se coge un tren que sabe que dura equis horas, pues se prepara para el tiempo que sea. Pero si la cosa es por un retaso provocado por razones que se desconocen y cuando trata de averiguarlo ve como le dan largas aunque no entienda nada de lo que le digan. Si sucede esto, la cosa cambia. Al principio me he pasado todo el tiempo durmiendo. Habré dormido un montón de las horas del viaje. Es la mejor manera de que esas horas pasen. Pero a medida que iba pasando el tiempo, las ganas de dormir van menguándose y van aumentando las de fumar y salir corriendo. Al revés que en aquel tren que me pille voluntariamente de 32horas, en este tren lo de fumar no estaba tan visto. Solo al final, en las últimas dos horas de viaje, cuando la desesperación ya era colectiva, ha sido posible fumar.

Son estas cosas las que dan encanto a este país. La gente no se ponía nerviosa ni montaban demasiado escándalo. Lo aceptaban y seguían con sus vidas. Total que le vas hacer, puedes reclamar tu dinero, pero por montar un número no vas a conseguir que nada cambie. Y lo único que vas a lograr es ponerte tu nerviosos. Porque al final, mas tarde o mas temprano, siempre llegamos a nuestro destino. Y aquí estamos en la maravillosa y sorprendente ciudad de Vanarasi, bajo los efectos de un batido especial dando vueltas por la ciudad en sin rumbo fijo...