No escribo nada, desde hace poco más de un mes todas las palabras se han ido a otras manos; surgen en otros versos. Y no es que no tenga nada que decir, es, precisamente, lo contrario: me bastaría con centrarme en ella, en sus ojos brillantes color miel que con tanta intensidad me miran, en sus caricias, en la suavidad de su piel, en la belleza de sus piernas, en ese precioso coño en el que a lametones me pierdo.
Podría hablar del amor, pero del amor ya se dijo todo lo que se tenía que decir, y a mí me basta su cuerpo, y lo que tiene ella sólo para mí, y de lo que yo tengo sólo para ella.
Y aquí, todas las palabras están de más…
lunes, 9 de enero de 2012
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