ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

jueves, 7 de junio de 2012

EL MERCADO: UNA SUERTE DE ESCRITURA AUTóMATICA


Soy prisionero en régimen abierto, lo somos todos, no sólo yo, todos y cada uno de los que, según el caso, vivimos, malvivimos, sobrevivimos. La situación de cada uno es, sobre todo, según como se sienta cada uno, cada una. Es ahí donde reside el secreto, la llave de este invento. Llave que no abre puerta alguna, ni da clave o código secreto para abrir nada; lo muestra, eso es todo. Muestra el cómo, no el por qué. Éste no sé si existe, si es real, si es que hay una razón para. Ni lo sé ni me importa, soy de los que sobreviven, feliz, contento por ser quien soy, por ser lo que soy y, sobretodo, por no ser lo que no quiero ser. Eso es importante, lo más importante, lo único que realmente me mueve: hacer todo lo posible por no ser lo que no pretendo. Si me dejan, que no siempre es fácil. Normalmente te tratan de hacer, desde la escuela, en cada etapa educativa, por cada uno de los trabajos, día a día, siempre hay quien le gusta moldear. Todo es cárcel. Correccional: corrector de la conducta desviada. Desde la escuela, ya lo he dicho, no nos enseñan nada, más bien, nos muestran como se ha de ser. Disciplina social. Por eso, prisionero en régimen abierto. Puedo deambular, ir de aquí para allá. Mi libertad me la da la billetera, ella marca los límites a los que puedo llegar. A su vez, los derechos no se obtienen, éstos se compran. Se adquieren en el mercado bajo las mismas leyes de la oferta y la demanda que el resto de los productos de consumo colectivo. Cada uno decide lo que quiere comprar, un viaje, una coche, drogas y putas, ropa y tendencias, libros, revistas culturales, espectáculos. Lo que sea, todo está en venta, todo lo que podamos imaginar el mercado nos lo da. Yo elijo caminar, salir al patio de recreo y deambular, recorrer los límites encontrar los atajos, las líneas de fuga. Me quedo con los atardeceres, el sol cuando se escapa tras el horizonte. Mejor, si éste, el horizonte, es el mar, pues mis pies ya no pueden avanzar.