CAMINAR

a las nueve de la mañana suena el teléfono
es J.: ey, loco, estoy abajo
al bajar, lo encuentro solo
y L., le pregunto, en el vetura con los ojos en la nuca
bueno, no se podía esperar menos de él
en un bar desayunamos, y decidimos el intinerario
optamos por peguerinos, y de ahí a arévalo
allí nos esperan F y su novia
ahora no recuerdo el nombre, y eso que traté de memorizarlo
pues ambos son una pareja excelente y de trato delicioso
él mexicano y ella natural de arévalo
tras una hora y algo más de camino en coche
llegamos a peguerinos
hermoso pueblo en la sierra guadarrama
frontera entre madrid y ávila
aunque moleste, qué necesaria es la lluvia
enseguida empezamos a caminar, monte arriba
qué hermosos los campos, qué verdes sus praderas y valles
y con que cantidad de agua bajan los, esta vez si, ríos
en total unos 25 kilómetros
con apenas poco más de 500 metros de desnivel acumulado
poco más de 4 horas para realizar este coqueto circuito
más senderismo que montañismo
pero no importa, una escapadita de la ciudad y buena compañía
para qué más
tras un buen canuto nos ponemos en marcha hacia arévalo
el camino se va alargar
una de la carreteras está hecha una mierda
destruida por las lluvias
y demasiado descuidada durante años
circular por ahí sería un riesgo que no es necesario asumir
nos esperan 40 kilómetros por carreras secundarias
apenas nos cruzamos con un par de coches
por una carretera que atraviesa un hermoso valle verde
hasta que llegamos a una carretera nacional
entre camiones atravesamos varios pueblos de carretera
hasta que conectamos con la autovia
en total poco más de hora y media
en arévalo aparcamos y vamos directos al hostal
sin pensarlo un par de birras y un canuto de hierba
mientras nos vamos duchando
la tripas rugen
nos vamos a cenar al lugar recomendado
las mejores hamburguesas del pueblo y una botella de vino
mientras comentamos lo buena que está la camarera
una morena delgada de grandes tetas
justo al terminar aparecen F. y su novia cargados de cerveza
una ruta nocturna lateando por este pueblo medieval
con más historia que madrid
sus vetustos encantos me sorprenden
además de su silencio y de las estrellas que por fin vuelvo a ver
que diferente de madrid, siempre tan bulliciosa
después lo de siempre, mucha cerveza y muchos canutos
hasta que sin memoria caigo en la cama
el domingo amanecemos envueltos en una resaca
que nos exige un potente desayuno
nos despedimos de la pareja con un par de cañas y el último porro
el día termina tras un par de horas de carretera de vuelta a madrid