HORNY WEEK #3

despierto rodeado por un silencio inconmensurable
una tranquilidad imposible de fijar en un precio
aún dentro del saco, contemplo el horizonte
y lo veo todo, el pájaro, el hueso, las torres
y al fondo la pared de santillana
nuestro objetivo para el día que ahora empieza
en calma mientras el café se va haciendo
sopesamos nuestras posibilidades
el lugar en el que nos encontramos es perfecto
un balcón idílico con la proximidad de agua
y una perfecta zona de descanso
bien protegida del viento
donde, en esta primera noche no tuvimos
ningún problema
decidimos establecer aquí el campamento base
ir hasta la pared de santillana con el peso justo
y volver para pasar la noche
escondemos en una grieta oculta tras unos árboles
todo lo que no vamos a necesitar en el día
y empezamos el descenso
por un escarpado terreno sin un camino ni sendero claro
hasta el collado de la dehesilla
donde nos cruzamos con los primeros humanos
desde que dejamos atrás canto cochino un día atrás

desde aquí, seguimos las marcas amarillas y blancas
por un laberíntico y precioso ascenso
en el que otra vez el silencio es la nota dominante
tan solo, al llegar a la proximidad de la pared de santillana
se oyen los primeros gritos de los escaladores
que están atacando esta majestuosa pared
pero este no es nuestro objetivo
siguiendo nuestro deseo de soledad y poca proximidad humana
nos dirigimos al risco de san pedro, unos metros más abajo
casi en el límite final del parque
y atacamos por una vía cuyo nombre desconocemos
y en la cima, unas vistas increíbles
con las que nos recreamos e intentamos reconocer
lo que nuestra vista alcanza

al bajar, en el primer rapel
la cuerda se queda atascada en un grieta y de ahí no sale
sopeso las posibilidades
por debajo un terreno imposible de atacar sin cuerda
por arriba un terreno extremadamente fácil
pero con unas consecuencias mortales
si se produjese un mínimo error
no lo pienso, me protejo del único paso complicado
y salgo sin cuerda hasta donde esta quedo atascada
no ha pasado nada, sigo vivo
apreciando un poco más esta vida tan frágil y maravillosa
no lo pienso y no dejo que los fantasmas vengan
estamos otra vez abajo
de regreso a nuestro campamento base
un camino que nos lleva tranquilamente cuesta abajo
hasta el tolmo
y de ahí un pronunciado desnivel
hasta la cara norte de la maza otra vez

extenuados, sin haber comido nada en todo el día
el plato de pasta precocinada
nos sabe al mejor de los manjares
y observamos como otro día se va
y en el horizonte, al igual que ayer
en la oscuridad se distinguen las linternas
de los que como nosotros se distribuyen
por las partes más solitarias del parque
otros que también, amantes de la soledad y la roca
gastan sus horas perdidos allí donde solo ellos y nadie más
y lentamente caemos en un profundo sueño
bajo un cielo que amenazo con una posible lluvia
y que acabo siendo un hermoso techo estrellado